dimarts, 5 d’octubre del 2010

Alfonso X el Savi - Setena Partida (Títol XXIII)

La setena Partida d'Alfons X el savi es dedica als adivins i bruixots. Allò que ens resulta curiós des de la nostra mentalitat científica és que Las Partidas no qüestionen la possibilitat de llegir el futur, que com diu en la primera part, pot fer-se de manera correcta i adequada per professionals que hagen llegit els llibres de Ptolemeu i estudiat astrologia. Tampoc qüestiona la possibilitat de realitzar conjurs ni fabricar beuratges, niembruixar, ni practicar mal d'ull. o el que és pitjor segons el savi rei: provocar catàstrofes naturals com "desatar nube que echase granizo". El que diuen Las Partidas és que les persones que realitzen aquestes pràctiques són un perill precisament per la capacitat que tenen per a influir sobre la conducta dels altres, i per això imposa severs càstigs als que practiquen la bruixeria.
Existeixen, per contra, professionals que realitzen pràctiques positives com traure el dimoni de l'interior de l'univers, o allunyar plagues o catàstrofes naturals. En aquests casos, Las Partidas assenyalen que fins i tot s'hauria de premiar aquestes activitats.
Las Partidas reflecten, doncs, perfectament, un excel·lent exemple d'una visió mítica de l'Univers que contrasta amb les explicacions científiques que comencen a consolidar-se des del Renaixement italià.

Canon Episcopi (c. 900)

TITULO XXIII.
DE LOS AGOREROS, EX DE LOS SORTEROS, ET DE LOS OTROS ADEVINOS, ET DE LOS HECHICEROS ET DE LOS TRUHANES.

Adevinar las cosas que son por venir cobdician los homes natural­mente: et porque algunos dellos prueban esto en manera que yerran ellos et meten a otros muchos en yerro, por ende pues que en el título ante deste fablamos de los alcahuetes que facen errar a los homes et a las mugeres en muchas maneras, queremos aquí decir otrosí destos que son muy dañosos a la tierra: et mostraremos qué quiere decir adevinanza: et quantas maneras son della: et quién puede acusar a los facedores della: et ante quién: et qué pena merescen los que se trabajan a obrar della como non deben.

Qué quiere decir adivinanza, et quantas maneras son della.

Adevinanza tanto quiere decir como querer tomar poder de Dios para saber las cosas que son por venir. Et son dos maneras de adevi­nanza: la primera es la que se face por arte de astronomía, que es una de las siete artes liberales: et esta segunt el fuero de las leyes non es de­fendida de usar a los que son ende maestros et la entienden verdadera­mente, porque los juicios et los asmamientos que se dan por esta arte, son catados por el curso natural de los planetas et de las otras estrellas, et tomados de los libros de Tolomeo et de los otros sabidores que se trabajaron desta esciencia: mas los otros que non son ende sabidores, non deben obrar por ella, como quier que se puedan trabajar de apren­derla estudiando en los libros de los sabios.
La segunda manera de ade­vinanza es de los agoreros, et de los sorteros et de los fechiceros que catan en agüero de aves, o de estornudos o de palabras, a que llaman proverbio, o echan suertes, o catan en agua, o en cristal, o en espejo, o en espada o en otra cosa luciente, o facen fechizos de metal o de otra cosa qualquier, o adevinan en cabeza de home muerto, o de bestia, o de perro, o en palma de niño o de muger virgen. Et estos truhanes atales et todos los otros semejantes dellos porque son homes dañosos et engañadores, et nacen de sus fechos muy grandes daños et males a la tierra, defendemos que ninguno dellos non more en nuestro señorío nin use hi destas cosas: et otrosí que ninguno non sea osado de acoger­los en sus casas nin de encobrirlos.

LEY II.

De los que escantan los espíritus malos o facen imagines o otros fechizos, o dan yerbas para enamoramiento de los homes et de las mugeres.

Nigromancia dicen en latín a un saber estraño que es para es­cantar los espíritus malos. Et porque de los homes que se trabajan de facer esto viene muy grant daño a la tierra et señaladamente de los que los creen et les demandan alguna cosa en esta razón, acaesciéndoles muchas ocasiones por el espanto que reciben andando de noche bus­cando estas cosas atales en los lugares extraños, de manera que algunos dellos mueren, o fincan locos o demuniados; por ende defendemos que ninguno non sea osado de trabajarse de usar tal nemiga como ésta, porque es cosa que pesa a Dios et viene ende muy grant daño de los homes. Otrosí defendemos que ninguno non sea osado de facer imagines de cera, nin de metal nin de otros fechizos malos para enamorar los ho­mes con las mugeres, nin para partir el amor que algunos hobiesen en­tre si. Et aún defendemos que ninguno non sea osado de dar yerbas nin brebage a home o a muger por razón de enamoramiento, porque acaesce de las vegadas que destos brebages atales vienen de muerte los que los toman, o han muy grandes enfermedades de que fincan ocasionados para siempre.

Quien puede acusar a los truhanes, et a los baratadores sobredichos et qué pena merescen.
Acusar puede cada uno del pueblo delante del judgador de los ago­reros, et a los sorteros et de los otros baratadores de que fablamos en las leyes deste título. Et si les fuere probado por testigos o por conos­cencia dellos mismos que facen o obran contra nuestro defendimiento alguno de los yerros sobredichos, deben morir por ende: et los que los encubrieren en sus casas de sabiendas, deben ser echados de la tierra para siempre. Pero los que ficiesen encantamientos o otras cosas con buena entención, así como para sacar demonios de los cuerpos de los homes, o para deslegar a los que fuesen marido et muger que non pudiesen convenir en uno, o para desatar nube que echase granizo o niebla por­que non corrompiese los frutos de la tierra, o para matar langosta o pul­gón que daña el pan o las viñas, o por alguna otra cosa provechosa semejante destas, non debe haber pena, ante decimos que deben rescebir galardón por ello.